viernes, 3 de mayo de 2013

Cine en Nueva York


¡Hola a todos!
Hoy os traigo algo nuevo, y es que hace poco he tenido que redactar un pequeño relato para clase basándonos en una imagen. Como me gusta cómo ha acabado, aunque para mí falta información (no he podido extenderme mucho, el máximo eran 900 palabras -.-), he decidido escribirlo en mi blog para que me deis vuestra opinión (que sinceramente es la que más me importa ^^)

Primero os pongo la imagen. Es un cuadro de Edward Hopper llamado Cine en Nueva York, del año 1939


Y a continuación os dejo con mi relato ^^

Boston, Massachusetts, 1939.
Deslizo el pañuelo por el puñal ensangrentado hasta que queda impoluto, y lo escondo tras la cinturilla de mi falda, sintiendo la fría hoja contra mi cadera.
Intento frenar el fluido ácido que asciende en mi interior debido a las nauseas que me provoca la visión del cuerpo de mi marido tendido en el suelo como un simple trapo, sin pulso, cuya camisa va volviéndose poco a poco de un tono escarlata.
Me obligo a recordar que esa no es la persona con la que creí que me estaba casando años atrás, sino el verdadero monstruo que había en su interior.
“Oh hija, serás tan feliz. Nadie te cuidará y te querrá como Roger.” Me dijo mi madre.
Desconozco la verdadera razón por la que mis padres deseaban que me casase con este traidor sinvergüenza. Creí que deseaban que fuese feliz, pero, aun sabiendo que era un simple canalla, y a pesar de ser la hija que, según ellos, tanto amaban, autorizaron el matrimonio y me entregaron a esta bestia.
Tras nuestra boda, mi vida se había vuelto un infierno en el que los días en los que Roger me maltrataba, física o psicológicamente, se volvieron  algo habitual. Pasaron los primeros años, en el que los días se tornaron insufribles, hasta que conocí a Danny.
Cansada de estar tanto tiempo sola en casa, solía dar largos paseos por la ciudad y al final me gustaba descansar leyendo en un pequeño parque. Era lo único que Roger me permitía hacer.
Una de esas mañanas estaba enfrascada entre las páginas de un libro cuando un chico alto, de cabello ondulado castaño y profundos ojos azules se sentó junto a mí.
Le miré con los ojos abiertos de par en par, sorprendida, pero él no pareció percatarse. Mostró una gran sonrisa y señaló mi libro.
-¿Qué lees? –dijo.
Y con esa simple pregunta, todo empezó.
No suelo ser buena entablando conversaciones, mucho menos con desconocidos, pero con él era diferente.
Danny es un soldado superviviente de la terrible guerra que acababa de llegar a su fin recientemente, y me cautivó con sus apasionantes historias acerca de un mundo lejano y completamente desconocido para mí.
Hablamos durante horas y cuando me tuve que marchar, no sé cómo lo consiguió, pero me convenció para volver a vernos al día siguiente.
Y día tras día fuimos quedando en el mismo sitio, a la misma hora, y sin saber cómo, un sentimiento nuevo para mí fue creciendo en mi interior.
Me había enamorado.
El día en el que Danny me confesó su amor, no podía creer sus palabras y a pesar de repetirle una y otra vez que lo nuestro era imposible, él se negó a abandonarme.
Entonces todo llegó a su fin.
Mi marido había estado sospechando desde el principio, y se enteró de todo gracias a un detective contratado. Un día, cuando llegué a casa después de ver a Danny, Roger me pegó y me encerró bajo llave en una de las habitaciones de la casa.
Lloré desconsoladamente durante días, hasta que una noche Danny vio una única oportunidad y consiguió infiltrarse por la ventana de mi habitación. Le conté lo ocurrido con lágrimas en los ojos y él me abrazó hasta que poco a poco fui tranquilizándome. Pero el miedo de volver a ver a Roger no me abandonaba y vimos que solo había una solución.
Huir.
Esperaríamos hasta encontrar la oportunidad perfecta en la que Roger no estuviese vigilándome para escaparnos sin dejar rastro y nunca volver.
El día llegó.
Roger me obligó a acompañarle al  antiguo cine de la ciudad una noche. Pensé en dejar mis cosas tras unos matorrales de mi jardín para que, mientras nosotros estábamos viendo la película, Danny las recogiese y después me esperase frente a la estación, como habíamos quedado, hasta que viese la oportunidad de librarme de mi marido. Pensaba levantarme de la butaca a mitad de la película con la escusa de tener que ir al servicio, y escaparme sin ser vista.
Pero nunca llegué a imaginar en el plan que Roger manejaba entre sus manos.
Estaba tan nerviosa porque todo fuese perfecto, que no reparé en pequeños detalles, como por ejemplo, el hecho de que mi marido había reservado uno de los palcos más altos y alejados, por lo tanto, más caro, cosa que él nunca hacía, mucho menos por mí, y el hecho de que nos encontrábamos completamente solos.
Cuando me levanté de mi sitio, apenas había avanzado cuando Roger me agarró fuertemente del brazo, impidiéndome dar un paso más. Me giré lentamente, y antes de que pudiese reaccionar, mi marido me tapo la boca con una mano para impedir que gritase y con la otra sacó de su chaqueta un afilado puñal.
Quería matarme.
Forcejeé, intentando liberarme hasta que me quede sin fuerzas. Tenía que pensar con rapidez. Quizás era más fuerte que yo, pero no más astuto. Miré a mi alrededor desesperada hasta que por fin, lo encontré.
Empujé a Roger hacia atrás haciendo que se tropezase con una de las butacas. Cayó al suelo y conseguí librarme de él, pero el consiguió agarrarme del tobillo y me hizo caer junto a él. Entonces vi un destello plateado en el suelo.
Antes de que me diese cuenta. Estaba bocarriba con el cuerpo de mi marido aplastándome y sujetando un puñal ensangrentado clavado en su pecho.
Lo he matado.
Bajo las escaleras del palco y escondo el rostro tras el ala de mi sombrero cuando paso frente a la acomodadora apoyada con aspecto cansado contra la pared de terciopelo rojo.
Cuando el frío de la calle me golpea, la presión que me estaba impidiendo respirar desaparece, y una sensación me recorre mientras corro por las calles sin mirar atrás, alejándome de la bestia, de mi antigua vida, de todo.
Una sensación de libertad.

Bueno, ¿qué os a aparecido? ¿os ha gustado? ¿os ha entrado ganas de tirar el ordenador por la ventana? (espero que no, jejejeje), pero aun así sea cual sea vuestra opinión, no olvidéis dejármela :)
Espero que paséis un buen día.
¡Hasta pronto!

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